¿Se puede emprender desde la Psicología?

La respuesta a la pregunta de si se puede emprender en Psicología es un rotundo sí. Ahora te explicaré porqué. Pero no quería mantener la incógnita para más adelante. Te invito a seguir leyendo y te cuento por qué estoy tan segura…

¿Por qué un sí tan rotundo a la posibilidad de emprender como profesional de la psicología?

Hay principalmente tres razones que me convencen de que los profesionales de la psicología tenemos mucho camino por recorrer.

La sociedad en la que vivimos necesita de nuestro trabajo

Han pasado ya más de cien años desde que se inició lo que conocemos como el ejercicio de la psicología moderna. A pesar de ese siglo de historia, es ahora cuando estamos empezando a vivir el auge de la profesión. Hasta hace poco la creencia de que acudir al psicólogo era cosa de «locos» seguía impidiendo que muchas personas pidieran ayuda.

Tal vez por cómo hemos organizado nuestras vidas en las sociedades modernas, cada vez más personas ven nuestra tarea como necesaria. Muchos la consideran ya imprescindible. Se normaliza la idea de que somos un servicio de salud necesario. Y no solo para tratar trastornos mentales, sino también para ayudar a solucionar muchas complicaciones normales de la vida cotidiana.

Vemos cómo ya no supone un estigma pedir ayuda profesional al psicólogo sino que comienza a convertirse en un valor añadido. Principalmente para personas que quieren alcanzar mayores niveles de felicidad y bienestar en sus vidas.

Hay pocos psicólogos en la red pública

No te digo nada nuevo si insisto en la idea de que hay pocos profesionales en los servicos públicos sanitarios. Y eso contando con el hecho de que, por fin, hemos conseguido formar parte de los equipos de algunos centros de salud. Y como problema añadido, las citas se pueden distanciar meses. Sólo se atienden dolencias puntuales… Es decir, muchas personas que sufren problemas psicológicos no encuentran solución en los servicios de salud que les corresponden.

Hay pocos psicólogos en ejercicio en la práctica privada

Este título no es muy exacto. Tal vez sería más adecuado decir que muchos profesionales empiezan a ejercer en la práctica privada pero son pocos los que logran tener éxito, mantenerse y vivir de la psicología.

Y digo que somos pocos por una comparación con lo que ocurre en otros países cercanos. Según datos ofrecidos por el Consejo General de Psicología en el año 2016, en España hay pocos psicólogos. Mientras aquí no llegamos a 5 psicólogos por cada 100.000 habitantes, en la Unión Europea hay 18.

Hay muchas razones que pueden estar provocando lo que podemos definir como que «muchos son los llamados y poco los elegidos». Pero explicar las razones de esto da para otra entrada en el blog… Lo cierto es que estamos en un momento muy interesante para lanzarse a ejercer la profesión de la psicología.

Emprender por cuenta propia o en una franquicia de psicología

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Si te estás planteando dedicarte a la profesión que has estudiado, esto te interesa. Y si ya ejerces pero no encuentras la satisfacción en hacerlo porque esperabas otros resultados, también.

Si estás leyendo esto es porque cuentas con un espíritu emprendedor y quieres lanzarte a ejercer por tu cuenta. Pero tal vez no conoces las ventajas de emprender bajo el paraguas de una franquicia. Aquí te dejo algunas de esas ventajas.

Los pasos para emprender se simplifican

Cuando te unes a un equipo fuerte y organizado muchos quebraderos de cabeza desaparecen. La marca te acompaña en el proceso, te guía y te orienta. Este acompañamiento acorta y simplifica muchos procesos y trámites propios del inicio de un negocio.

Además, cuentas con el asesoramiento de profesionales acostumbrados a realizar aperturas que son capaces de anticipar muchas de las dificultades y evitarlas.

Cuentas con el respaldo de un equipo profesional y humano

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El profesional finaliza sus estudios y, con un poco de suerte y mucha perseverancia, un día llega a abrir un pequeño despacho. Si no te integras en un equipo de supervisión, acabas descubriendo que ejercer la psicología es un trabajo solitario.

Una gran ventaja de integrarte en una franquicia es que ya nunca más vuelves a sentir la soledad del profesional de la salud mental. Cuentas con el apoyo y la ayuda de otros compañeros profesionales. Y, principalmente, de las personas que hay tras la marca en la que te integras.

Cometes menos errores

La marca que se decide a franquiciar lleva un recorrido previo que le ha permitido alcanzar el éxito. Muchos de los avances se debieron al aprendizaje por ensayo y error. Detrás de una franquicia hay muchos intentos de encontrar maneras de hacer las cosas hasta dar con la que funciona.

Cuando te integras bajo el parguas de una marca, sabes que vas a aplicar acciones que te encaminarán al éxito desde el primer día. Porque sólo aplicas lo que ya se ha demostrado que funciona. Esto implica un tremendo ahorro en costes a una persona que se lanza a montar su propio negocio. Pero, sobre todo, es un ahorro de costes emocionales.

Lidiar con la sensación de fracaso hace que muchas personas abandonen. Muchas lo hacen cuando estaban a las puertas de conseguir mantener un negocio rentable. ¿Significa eso que si me integro en una franquicia tendré el éxito garantizado? Lo que mejor garantiza el éxito es, sin duda el trabajo duro y el buen hacer. Y eso va a depender siempre de ti. Pero lo que sí significa es que la parte de fracaso derivada de la malas decisiones empresariales desaparecerá.

Si alguien te dice que, por integrarte en una franquicia, tendrás que esforzarte menos te está engañando. No es menos trabajo lo que tendrás. Es trabajo dirigido hacia prácticas que ya han demostrado que funcionan. Pero tú siempre serás el dueño de tu propio negocio. La cantidad de esfuerzo que como profesional estés dispuesto a hacer por su negocio dependerá siempre de ti. Pero siempre merecerá la pena alegría hacerlo.